viernes, 14 de septiembre de 2012

#3




RIMA XX
Sabe, si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos,
también puede besar con la mirada.



   El poema del cual voy a hacer el comentario es una rima, la Rima XX escrita por Gustavo Adolfo Bécquer. A continuación voy a relatar un poco de su biografía: Gustavo Adolfo Domínguez Bastida más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo, aunque escribió en una etapa literaria perteneciente al Realismo. Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento postromántico. Aunque mientras vivió fue moderadamente conocido, sólo comenzó a ganar verdadero prestigio cuando, tras su muerte, fueron publicadas muchas de sus obras. Sus más conocidos trabajos son sus Rimas y Leyendas. Los poemas e historias incluidos en esta colección son esenciales para el estudio de la Literatura hispana, siendo ampliamente reconocidas por su influencia posterior. Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, hijo del pintor José Domínguez Insaustí, que firmaba sus cuadros con el apellido de sus antepasados como José Domínguez Bécquer. Su madre fue Joaquina Bastida Vargas. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI. Tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano estuvieron muy dotados para el dibujo. Valeriano, de hecho, se inclinó por la pintura. Sin embargo el padre murió el 26 de enero de 1841, cuando contaba el poeta cinco años y esa vocación pictórica perdió el principal de sus apoyos. En 1846, con diez años, Gustavo Adolfo ingresó en el Colegio de San Telmo de Sevilla  donde recibe clases de un discípulo del gran poeta Alberto Lista, Francisco Rodríguez Zapata, y conoce a su gran amigo y compañero de desvelos literarios Narciso Campillo. Al año siguiente, el 27 de febrero de 1847, los hermanos Bécquer quedaron huérfanos también de madre, y fueron adoptados entonces por su tía materna, María Bastida y Juan de Vargas, que se hizo cargo de sus siete sobrinos, aunque Valeriano y Gustavo se adoptaron desde entonces cada uno al otro y de hecho más tarde emprendieron muchos trabajos y viajes juntos.

   Tras ciertos escarceos literarios  en 1854 marchó a Madrid con el deseo de triunfar en la literatura. Sufrió una gran decepción y sobrevivió en la bohemia de esos años. Para ganar algún dinero el poeta escribe, en colaboración con sus amigos (Julio Nombela y Luis García Luna), y bajo el seudónimo de Gustavo García, comedias y zarzuelas como La novia y el pantalón(1856), en la que satiriza el ambiente burgués y antiartístico que le rodea, o La venta encantada, basada en Don Quijote de la Mancha. Ese año fue con su hermano a Toledo, un lugar de amor y de peregrinación para él, a fin de inspirarse para su futuro libro Historia de los templos de España. Le interesan por entonces el Byron de las Hebrew Melodies o el Heine del Intermezzo a través de la traducción que Eulogio Florentino Sanz realiza en 1857 en la revista El Museo Universal. Fue precisamente en ese año, 1857, cuando apareció la tuberculosis que le habría de enviar a la tumba. Tuvo un modesto empleo dentro de la Dirección de Bienes Nacionales y perdió el puesto, según cierta leyenda, por sorprenderlo su jefe dibujando. En 1860 publica Cartas literarias a una mujer en donde explica la esencia de sus Rimas que aluden a lo inefable. En la casa del médico que lo trata de una enfermedad venérea, Francisco Esteban, conocerá a la que será su esposa, Casta Esteban Navarro. Contrajeron matrimonio en el 19 de mayo de 1861. De 1858 a 1863, la Unión Liberal de O'Donnell gobernaba España y en 1860, González Pravo, con el apoyo del financiero Salamanca, funda El Contemporáneo, dirigido por José Luis Albareda, en el que participan redactores de la talla de Juan Valera. El gran amigo de Bécquer, Rodríguez Correa, ya redactor del nuevo diario, consiguió un puesto de redactor para el poeta sevillano. En este periódico, y hasta que desaparezca en 1865, hará crónica de salones, política y literatura; gracias a esta remuneración viven los recién casados. En 1862 nació su primer hijo, Gregorio Gustavo Adolfo, en Noviercas (Soria) donde posee bienes la familia de Casta y donde Bécquer tuvo una casita para su descanso y recreo. Empieza a escribir más para alimentar a su pequeña familia y, fruto de este intenso trabajo, nacieron varias de sus obras. Pero en 1863 padeció una grave recaída en su enfermedad, de la que se repuso, sin embargo, para marchar a Sevilla con su familia. De esa época es el retrato hecho por su hermano que se conserva en el Museo de las Bellas Artes de Sevilla. Trabaja con su hermano Valeriano, cuya relación con Casta no era buena, debido a que ella no soporta su carácter y su constante presencia en casa. González Pravo, amigo y mecenas de Gustavo, le nombra censor de novelas en 1864 y el escritor vuelve a Madrid, donde desempeña este trabajo hasta 1867 con veinticuatro mil reales de sueldo. En este último año nace su segundo hijo, Jorge Bécquer. Pasa entonces otra temporada en Toledo, de donde sale para Madrid en 1870 a fin de dirigir La Ilustración de Madrid, que acaba de fundar Eduardo Gasset con la intención de que lo dirigiera Gustavo Adolfo y trabajara en él Valeriano como dibujante. En septiembre, la muerte de su inseparable hermano y colaborador le sume en una honda tristeza. En noviembre fue nombrado director de una nueva publicación, El Entreacto, en la que apenas llega a publicar la primera parte de un inconcluso relato. Posiblemente a causa de un enfriamiento invernal en la primera quincena de diciembre, su ya precario estado de salud se agrava, y muere el 22 de dicho mes, coincidiendo con un eclipse total de sol.

Como ya dije antes, el poema en cuestión es la Rima XX, el tema de la cual es el amor. Cabe apuntar que el amor que profesa Bécquer es puramente carnal a pesar de que en este poema podría verse una progresión del amor carnal al amor divino.

   En sí, el poema es toda una parte, cuenta con tan solo 4 versos endecasílabos (es decir, de once sílabas cada uno) y de rima consonante, por lo tanto se trata de un Serventesio. También hay que tener en cuenta que en la mayoría de las Rimas predomina la asonancia en los versos pares. La poesía de Bécquer se distingue por su tendencia a la naturalidad y a la manifestación de lo esencial, lo cual no implica ausencia de elaboración poética. Así mismo, la renovación poética de Bécquer reside en crear una poesía intimista, breve, de sencillez aparente y desnuda de artificio. En esta rima podemos encontrar como recurso literario de forma el hipérbaton en el verso 3 y 4, que destaca mucho en el uso de su poesía.
Analizando el poema de una forma más minuciosa, podemos encontrar en la estructura interna los siguientes recursos literarios:

 - Paradoja: segundo verso.
 - Elipsis: primer y segundo verso.
 - Aliteración: primer verso.
 - Epíteto: versos uno y dos.
 - Encabalgamiento: versos dos y tres.
 - Sinestesia: versos tres y cuatro.
 - Personificación: versos tres y cuatro.
   El estilo de Bécquer es muy particular, ya que hay una gran permanencia del yo poético con la consiguiente manifestación del subjetivismo romántico, aparte de que en alguna de sus rimas, concretamente en los versos primeros, aparece una apelación al receptor (en este caso: TUS). De este serventesio me es imposible sacar cualquier contexto socio-histórico cultural ya que no puedo leer nada que haga referencia a la época.
   Este poema me parece bastante interesante, ya que teniendo en cuenta los conocimientos que tengo sobre la promiscuidad del autor y sus formas de conquistas, me resulta extraño que pudiera llegar a resultar tan profundo. A pesar de que tiene una apariencia de poema sencillo detrás ha habido una gran elaboración, sobre todo para sus fines más carnales. De todas formas teniendo en cuenta sus poemas metapoéticos, me parece un poeta realmente completo y equilibrado que supo desenvolverse en su tiempo, a pesar de querer seguir un estilo que hacía tiempo que había desaparecido.


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